Me decía el maestro Chen Shengyu:

“si quieres ser tan bueno como yo, entrena lo mismo que yo, no hay más secretos”,

“practica todos los días, y cada día serás mejor”.

Todavía estoy muy lejos de ser como él.

Empecé a practicar Taichi en Albacete a los 25 años. Por aquel entonces iba a un gimnasio de Kung Fu y de vez en cuando recibíamos la visita de un maestro chino que nos enseñaba la forma moderna de 24 movimientos. Pero no era apenas constante y le dedicaba más tiempo al kung-fu que al taichi.

A los 31 cambié mi residencia a Madrid y seguí entrenando por mi cuenta pero empecé a profundizar en la práctica, ver videos, estudiar textos y libros y poco a poco fui descubriendo dificultades que realmente me estaban enganchando.

Tuve la suerte de realizar un curso con el gran maestro Fu Sheng Yuan y a partir de ahí concentré todo mi esfuerzo en ir aprendiendo todo lo que pudiera de este maravilloso arte.